La segunda impresión no varía en absoluto de la primera: la familia Lucchetti ha extendido los festejos del martes para el miércoles y, seguramente, seguirá ampliando los brindis hasta la llegada del año nuevo. “Honestamente, para mí fue toda una sorpresa. Ya estaba feliz con la mención al mejor futbolista del año, y que lleguen los dos más importantes, puff, una locura”, Cristian, arquero de profesión, campeón con Boca, Banfield y estandarte de grandes victorias siendo el símbolo de Atlético, no cae todavía. “Es que es mucho. Mi familia y yo estaremos eternamente agradecidos”, le confiesa a LG Deportiva.
Así como en el “Decano” viene dejando su huella desde hace siete temporadas, en la elección al mejor Deportista de 2018 de LA GACETA también lo hizo. Fue la primera vez que un deportista logró conquistar el premio otorgado por los usuarios de lagaceta.com (elección online) y el de la selección del jurado de notables, compuestos por periodistas de diferentes medios, deportistas y dirigentes de diferentes disciplinas que debieron elegir entre 40 ternados.
Hay una imagen que vale más que 1.000 palabras, entre los Lucchetti. “La de la tapa de LA GACETA. Allí notás que Lorena, mi esposa, Milagros y Sofía, mis hijas no pueden creer que yo era el gran ganador. Esa foto, creo, refleja asombro y alegría infinita. Es un gran resumen de lo que significó este premio, no solo para mí sino también para ellas. Hemos pasado años complicados en Tucumán, pero todo pasa, ¿no?”, agregó Lucchetti.
“Por ahí, lo que decía Lorena, sobre el ‘bancarse’ los momentos, es importante. No es fácil estar al lado de un futbolista, sobre todo cuando pierde. Yo soy bastante infumable y no tengo ganas de hablar con nadie, ja. Por eso recibir esta clase de premios te motivan a seguir luchando. Es una declaración de que valió la pena todo lo que se sufrió antes”, expresó el capitán del “decano”.
La extensión de los agradecimiento no culminó ni en Yerba Buena ni en Buenos Aires ni en Mendoza. No. “A veces el fútbol puede ser un poco egoísta, por el hecho de que un jugador recibe un premio cuando al fútbol se juega en equipo. Desde ya, los premios que recibí de LA GACETA son compartidos con la familia, con mis compañeros de plantel, con el cuerpo técnico, con los dirigentes y, en especial, con los hinchas. Ellos siempre estuvieron a nuestro lado. Siempre estarán”.
“Estos años han sido inolvidables. Ojalá vengan muchos más así”, fue el deseo de Lucchetti, cuya huella y atajadas no tendrán jamás fecha de vencimiento.